¿Te imaginas que en el colegio hubieras asistido a una clase de arte en la que solamente te hubieran enseñado a pintar una valla? ¿Que nunca te hubieran mostrado las pinturas de Leonardo da Vinci o de Picasso? ¿Apreciarías el arte? Lo dudo. […] Obviamente, suena ridículo, pero así es como se enseñan las matemáticas y, por lo tanto, a ojos de la mayoría, son el equivalente a mirar cómo se seca la pintura. Mientras que las pinturas de los grandes maestros son accesibles, las matemáticas de los grandes maestros se encuentran cerradas con llave.
Esta es una de las primeras reflexiones que comparte Edward Frenkel, doctor en matemáticas por la Universidad Harvard, en su bestseller Love and Math: The Heart of Hidden Reality (2015). «Si no eres matemático, este libro te hará desear serlo», resume Nassim Nicholas Taleb. El libro comparte la estrecha relación entre el «hacer matemáticas» y el viaje de la vida, entre las matemáticas y el arte. Como también lo enfatiza, por ejemplo, el gran matemático británico Godfrey Harold Hardy en A Mathemacian’s Apology (1940):
¿Por qué esta visión sobre las matemáticas está tan poco extendida? Una de las múltiples razones debemos buscarla en el hecho de que muchas de las personas dedicadas a la educación matemática vienen del mundo de las ciencias, y esto es muy enriquecedor, pero tiene un contrapunto importante…
¿Qué son las matemáticas?
«Una herramienta». Esta es la respuesta que nos ofrecen muchos docentes de matemáticas —que habitualmente provienen de ámbitos científicos no matemáticos— a la pregunta «¿Qué son las matemáticas para ti?».
Sí, las matemáticas son muy útiles en distintos ámbitos, pero son mucho más que una herramienta. Son un fin en sí mismas y un mundo apasionante para las personas que las amamos. Son una forma de hacer y de vivir que siempre, y en todas partes, han ayudado a conformar el legado cultural de la humanidad. Para romper con esta concepción más utilitarista, es necesario divulgar una visión en la que las matemáticas brillan con luz propia.
Esta concepción de las matemáticas que describe Ujué Etayo —premio José Luis Rubio de Francia 2021— es la que queremos hacer llegar a nuestros alumnos. ¿Y cómo hemos procurado hacerlo? A través de las personas que viven las matemáticas de esta forma: gente apasionada, que vive, que duda, que se equivoca. Personas que pueden convertirse en referentes para los adolescentes.
El viaje de Sam
El viaje de Sam es una serie de animación pensada para el aula de matemáticas de secundaria que pretende transmitir esta visión más humanista de las matemáticas, y que nace con la intención de romper una falsa creencia muy arraigada en nuestra sociedad: «Las matemáticas son solamente para unos pocos elegidos».
A través de El viaje de Sam, explicamos la vida de grandes personalidades matemáticas con la intención de que alumnos, docentes y familias se den cuenta de que todo el mundo es capaz de formar parte de este precioso mundo que son las matemáticas. Esta serie de animación debe servir de puerta de entrada para muchos alumnos que se adentrarán en las matemáticas desde otras disciplinas (la ilustración, la literatura, la historia…). Y viceversa: las matemáticas también pueden convertirse en la puerta de entrada a otras disciplinas.
Contexto histórico y referentes
¿Y cómo escogemos estas personalidades matemáticas que guían el viaje de nuestros adolescentes en las aulas? Pensamos en grandes referentes históricos. Personas que han tenido que afrontar situaciones complejas. Y han salido adelante… o no, pero han luchado. Personas que han vivido las matemáticas de distintas formas: como un refugio, como una distracción, como la búsqueda de la verdad, como la manera de relacionarse con otra gente, etc. Personas que han cuestionado la norma. Personas revolucionarias.
Una de estas personas es, por ejemplo, la gran matemática francesa Sophie Germain (1776-1831). Ser una adolescente en plena Revolución Francesa no debió de ser fácil. Y menos si mostrabas ciertas inquietudes intelectuales. Sophie Germain tenía todo en contra para estudiar matemáticas. Incluso sus padres, que la querían proteger del desprecio y el sufrimiento que le comportaría mostrar ese interés por las matemáticas, hicieron lo imposible por sacárselas de la cabeza. Pero nada detuvo a Sophie. Se hizo pasar por hombre —firmaba sus artículos como Monsieur Le Blanc— y tuvo que hacer frente a los prejuicios y estereotipos de la época. Después de años de esfuerzo y lucha, en 1816 se convirtió en la primera mujer en ganar un gran premio de la Academia Real de Francia. Y esto no es todo: fue la primera persona en demostrar el último teorema de Fermat (1630) para un gran grupo de números.
A Sophie se la recuerda hoy en día porque nada la detuvo. Su coraje y su perseverancia han inspirado a muchísimas personas. Quizás también te inspirarán a ti. Así reivindica Cheryl Bardoe el papel de Sophie Germain en su cuento Nothing stopped Sophie. Nosotros queremos seguir sus pasos. Queremos reivindicar referentes como Sophie Germain, contar sus historias. Reivindicar sus luchas y conflictos; sus logros, pero también sus fracasos. Si nuestros alumnos tienen la oportunidad de conocer a personajes como Sophie Germain, tendrán la oportunidad de seguir, también, sus pasos.
Referencias
Bardoe, C. & McClintock, B. (2018). Nothing Stopped Sophie: The Story of Unshakable Mathematician Sophie Germain. Little, Brown Books for Young Readers.
Frenkel, E. (2014). Love and Math: The Heart of Hidden Reality. Basic Books.
Hardy, G. H. (2018). A Mathematician’s Apology. Martino Fine Books.
Rius, M. (2022). “Si al profesor le gustan las matemáticas, al alumno también le acaban gustando”. La Vanguardia. Recuperado 22 de septiembre de 2022, de https://www.lavanguardia.com/vida/20220725/8395452/profesor-le-gustan-matematicas-alumno.html