¿Cuántas veces hemos escuchado decir «¡Mi hijo ya sabe contar hasta 20!»? Es algo que dicen padres o madres que se sienten felices de ver cómo crecen sus pequeños. Sin embargo, los docentes vemos mucho más que un niño o niña recitando una serie de números.
Saber contar es una de las destrezas básicas en las matemáticas. Un aprendizaje que forma parte de nuestro día a día, ya que lo necesitamos en cualquier actividad que realicemos. Pero es bastante común no dedicarle el tiempo necesario para que el aprendizaje sea completo.
Aprender a contar es mucho más que memorizar una secuencia de números y ser capaz de repetirlos de manera automatizada. En esta cápsula de formación, con una de nuestras referentes didácticas, Cecilia Calvo, analizamos la importancia del contaje, una habilidad sobre la cual se fundamenta el cálculo aritmético.
Nuestro objetivo en Innovamat es aportar recursos útiles para los docentes. Porque sabemos que limitarnos a repetir hasta memorizar no es garantía de aprender bien a contar ni de dar a esta habilidad un significado para la vida diaria.
Hoy, en este artículo, nos centramos en sentar bien las bases del aprendizaje del conteo para que ayudes a tus alumnos a aprender en un futuro el cálculo aritmético.
Vamos a explorar los entresijos de un concepto tan importante en matemáticas, veremos qué es exactamente y te ofreceremos una serie de consejos para mejorar el aprendizaje del alumnado en las aulas, con actividades motivadoras y efectivas.
Tabla de contenidos
Diferencias entre conteo acústico y conteo resultativo
Dos conceptos distintos, pero ambos necesarios.
Las personas solemos confundir la idea del conteo. Por ejemplo, cuando decimos que un niño sabe contar hasta 30, nos referimos solamente a que sabe enumerar de carrerilla los números comprendidos entre el 1 y el 30. Sin embargo, los maestros sabemos que esto no es suficiente y que debemos ir más lejos. Por este motivo, diferenciamos entre dos tipos de conteo:
- Conteo acústico
- Conteo resultativo
El conteo acústico es la serie de palabras asociadas a cada número. En cambio, el conteo resultativo está relacionado con saber decir cuántos objetos hay en un determinado conjunto de objetos.
A veces, cuando los niños aprenden a decir ese recitado de palabras no distinguen dónde empieza y dónde termina la palabra. Por eso debemos enseñarles a asociar un movimiento a cada palabra. Por ejemplo, al decir «uno» movemos las manos de una determinada manera; al decir «2», cambiamos ese movimiento; después, repetimos el «uno» con el mismo movimiento; el «2»…; y así sucesivamente.
Una vez que han aprendido esta asociación de palabras con movimientos y a hacer la cantinela -lo que llamamos el conteo acústico-, deben ser capaces de relacionarlas con una serie de objetos, el conteo resultativo. Como esto supone unas dificultades muy específicas, proponemos practicar también las destrezas típicas del conteo resultativo.
Podemos decir que un niño sabe contar hasta 20 si le damos una colección de 20 objetos y, además de hacer bien el recitado, sabe decir cuántos objetos hay.
El principal problema del conteo acústico
¿Por qué el alumnado aprende antes a decir «el anterior de un número» que a recitar la cantinela hacia atrás?
El conteo acústico se aprende por etapas y tiene ciertas dificultades que muchas veces pasamos por alto. La primera etapa es cuando le dices a un niño que cuente desde 1 hacia adelante y lo hace hasta el número que conoce en aquel momento. Pero después empieza una tarea que es un poco más difícil: decir el número siguiente.
Cuando le pides a un niño que diga el número que le sigue al 7, no te refieres a que recite desde el 1 en adelante, sino que sepa que después del 7 siempre viene el 8. El caso es que lo que a nosotros nos parece elemental, en realidad para ellos no lo es.
Lo mismo sucede con el abecedario: si te preguntan cuál es la letra que viene después de la “s”, no necesitas empezar a recitar desde la “a”, pero sí, quizás, desde la “o”. Por ejemplo, dirás “opqrs…t”.
Lograr decir los números siguientes sin necesidad de tomar carrerrilla des del principio es una tarea que representa un esfuerzo cognitivo mayor que el de sencillamente contar hacia delante.
Por lo tanto, un niño o niña será capaz de contar hacia adelante a partir de cualquier número si aprende estos dos pasos:
Paso 1. Contar hacia adelante a partir del 1.
Paso 2. Decir el siguiente de un número.
Esta es una destreza básica fundamental para sumar. Es evidente que requiere mucha atención, ¿verdad? Ahora bien, debemos tener presente que la mayor dificultad aparece cuando alteramos el orden y debemos contar hacia atrás. En estos casos, hay alumnos que necesitan primero contar hacia adelante para recordar qué número viene antes. Como es imprescindible que este proceso se automatice, es bueno que practiquemos el conteo hacia atrás. Esto, además, favorecerá el aprendizaje de la resta.
Fíjate cómo el conteo acústico tiene sus dificultades, aun solo contando de uno en uno. Así que vamos a matizar la idea generalizada de que el conteo acústico es más fácil que el resultativo.
Agrupar los objetos de 10 en 10 ayuda a contar
Es un sistema motivador y eficaz.
Imagina que tienes una caja con muchos lápices y los tiras encima de una mesa del aula. Si preguntamos a los niños y niñas cuántos lápices hay, lo más fácil para ellos será agruparlos y hacer el recuento. Esta es la estrategia más eficaz por dos motivos:
Motivo 1: Los niños pueden compartir la tarea
Cuando agrupamos los objetos de 10 en 10, facilitamos que los niños puedan compartir la tarea y decidir de manera cooperativa si es bueno que hagan grupitos para después contar.
Como nuestro sistema es decimal, lo más conveniente es agruparlos de 10 en 10. Por ejemplo, si hay 53 lápices significa que hay 5 grupos de 10 y 3 sueltos. El niño rápidamente puede utilizar el conteo acústico de 10 en 10 señalando cada grupo. De esta manera, dirá: «Aquí hay 10 20 30 40 50, y estos 3, un total de 53 lápices».
La motivación de agrupar depende de la tarea. Como nosotros somos muy rápidos en contar de 10 en 10, nos motiva hacerlo así.
Motivo 2: Contar en grupitos suele ser más fácil
Después de contar, muchas veces tenemos dudas y queremos asegurarnos de que lo hemos hecho bien. En este caso, al volver a hacer el recuento, si los objetos ya están agrupados es mucho más fácil y rápido.
Cómo evaluar el conteo en las aulas
Cuando pedimos las respuestas de conteo solo por escrito, nos perdemos mucha información.
Sabemos que a veces, por el volumen de alumnos, resulta complicado evaluar el conteo de manera oral, pero es imprescindible si queremos tener una buena valoración.
Una tarea escrita nos ahorrará tiempo pero no nos dará una valoración completa, porque pueden haber interferencias de la grafía.
Por ejemplo, tal vez un niño no sabe escribir un número, pero sabe contar perfectamente los objetos que hay.
Además, en una tarea escrita nos dejamos información importante por el camino. Por ejemplo, si le pedimos a un niño que escriba todos los números del 20 al 30 o que continúe la serie «20 21 22…», tal vez por escrito ha aprendido que se contesta escribiendo «dos dos dos dos dos dos…» y después «uno dos tres cuatro cinco…» como segunda cifra. De esta manera, no nos daremos cuenta de si realmente ha integrado un número que se llama 21, porque solo está aplicando una especie de truquillo para responder a la pregunta concreta que le hacemos.
Si la evaluación es solo escrita, no podremos saber si el niño realmente sabe hacer conteo acústico y resultativo. Tendremos que combinar tareas escritas y orales para poder realizar una evaluación completa.
¿Pasamos a la parte práctica?
Como ves, todo se puede aprender a base de práctica, pero es más correcto y efectivo si se aplica una metodología que ayude al alumnado a entender el porqué de cada paso.
Ahora que has llegado hasta el final de este artículo, nos dejamos de tanto «blablabla» y pasamos a la parte más divertida:
Te animamos a que pruebes, en tu clase o centro educativo, una de nuestras actividades sobre conteo para 1º de Primaria:
Verás que trabajamos el conteo del 1 al 20 con la línea numérica. Es una actividad muy completa porque tiene tanto la guía didáctica como las fichas para la práctica de los alumnos. ¡Cuéntanos qué te parece la experiencia con Innovamat!
Si te has quedado con ganas de más, en nuestra página web encontrarás una propuesta didáctica con todos los contenidos y recursos en sesiones secuenciadas, desde Infantil hasta Secundaria.
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