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La publicación del informe PISA ha generado una polarización de la opinión en cuanto al aprendizaje competencial. Por eso, ha sido tan relevante para nosotros poder organizar, junto a la Fundación Cercle d’Economia, un encuentro con el Director de Educación de la OCDE, creador y coordinador de las pruebas PISA, Andreas Schleicher; y la comunidad educativa. Era esencial poder escuchar de primera mano su interpretación de los resultados del informe PISA, publicado el pasado diciembre. Según Schleicher, debemos impulsar un aprendizaje basado en competencias en el aula: «no se trata de que los alumnos sólo reproduzcan lo que ya saben. Los docentes deben hacerles preguntas adecuadas para que los alumnos razonen y puedan aplicar en otros contextos lo que han aprendido en la escuela».
Hace unas semanas supimos que Schleicher, una de las figuras más influyentes en el ámbito educativo a nivel mundial, asistiría a la Reunión anual del Cercle d’Economia (RCE) en Barcelona. Fue en ese momento, que hablé con Coral Regí, exdirectora de la Escuela Virolai, presidenta del Fórum Europeo de Administradores de la Educación (FEAE) de Cataluña y miembro del Consejo Estatal del FEAE; y Pedro Fontana, presidente de la Fundación Cercle d’Economia, vicepresidente del Consejo de Administración de Banco Sabadell y presidente del Consejo de Administración de Áreas; para organizar un encuentro con Schleicher y la comunidad educativa. Así nació el evento ‘La escuela, el reflejo de la sociedad del futuro’, que celebramos el pasado 23 de mayo en el Cercle d’Economia. Un espacio donde poder compartir la visión del experto, junto a la experiencia de personas como Verónica Sánchez Orpella, miembro del equipo directivo de la Escola L’Horitzó; Albert Vilalta Riera, profesor e investigador de didáctica de las matemáticas en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y miembro del equipo didáctico de Innovamat; y Joan-Ramon Borrell, profesor titular de Economía en la Universidad de Barcelona (UB) y secretario del Premi Ensenyament Fundació Cercle d’Economia.
Antes del evento, pude asistir al coloquio ‘La educación como palanca para la productividad’, que realizó Schleicher en la RCE en el Palacio de Congresos de Barcelona, en la que realizó una comparativa exhaustiva entre la educación de distintos países. «Se puede decir que, en muchos casos, el sistema actual prepara a los estudiantes para nuestro pasado, pero no para el futuro. La educación tiene que ayudarte a comprender qué es importante para ti, en qué puedes destacar realmente y qué necesita el mundo de ti», destacó.
8 conclusiones de Andreas Schleicher para mejorar la educación
El director de las pruebas PISA nos dio distintas pautas a seguir para adaptar nuestro sistema educativo, con el objetivo de preparar al alumnado para que desarrollen el razonamiento y el pensamiento crítico. Y así, guiarlos para encarar su futuro con el mayor número de garantías posibles. A continuación, os comparto algunas de las ideas que pueden servir de guía para saber qué rumbo seguir desde los centros educativos:
1. No basta con sólo reproducir los conocimientos, el alumnado debe saber aplicarlos en la vida real
Schleicher explicó que, en los resultados de las pruebas PISA, muchos alumnos muestran mayores dificultades con las tareas que son más importantes para su futuro. En Cataluña, por ejemplo, el alumnado es bueno reproduciendo los contenidos que han aprendido, pero tienen dificultades cuando intentan extrapolar lo que han aprendido a situaciones que no les son familiares. Schleicher enfatizó durante toda su intervención la importancia de aprender competencialmente para preparar al alumnado a afrontar los retos del mañana: «los alumnos tienen que poder hacer ellos experimentos y enfrentarse a retos desconocidos, en vez de recibir las respuestas directamente de los docentes».
2. Menos es más: enseñar menos cosas con mayor profundidad
Según Schleicher, «tenemos que enseñar menos cosas, pero con mayor profundidad». Sólo así nos aseguraremos que nuestro alumnado entiende y comprende los conceptos. Tanto en Cataluña como en España, hemos logrado que todos los alumnos alcancen el nivel mínimo, pero muy pocos llegan al nivel más alto de la curva de resultados. De hecho, en una entrevista realizada por el periódico Ara, Schleicher destaca que «los estudiantes en Cataluña aprenden demasiadas cosas y con poca profundidad. Aquí he visto aulas donde se enseñan 17 o 18 problemas de matemáticas en una sola lección, mientras en Japón nunca se trabaja más de una idea por lección. De esta forma transmitimos un aprendizaje que tiene un kilómetro de longitud pero sólo un palmo de profundidad. Puedes acumular todo el conocimiento que quieras, que si no tienes los cimientos básicos no te servirá de nada».
3. Fomentar el pensamiento crítico, el desarrollo de competencias y una mentalidad de crecimiento en el alumnado
La sociedad ya no recompensa a la gente por su conocimiento, sino por lo que es capaz de hacer con ese conocimiento. En la misma línea, el padre de PISA explicaba que las cosas fáciles de enseñar son también las más fáciles de digitalizar y automatizar. Por este motivo, adelantó que en las pruebas PISA de 2025 se permitirá el acceso a internet (El Periódico), con el objetivo de que los alumnos puedan acceder a la información que necesiten y tengan que ser buenos pensando en cómo utilizarla de la mejor forma posible.
Para poder mejorar, en vez de ir acumulando contenidos sin profundidad, debemos enfocarnos más en desarrollar en nuestro alumnado habilidades clave para su futuro, como observar, descubrir, conectar ideas y resolver problemas. De hecho, os recomiendo leer también el análisis sobre los problemas matemáticos que plantean las pruebas PISA y sus resultados que hizo la doctora en didáctica de las matemáticas y profesora de la UOC, Laura Morera, para ver cómo podíamos mejorarlos.
Los datos de PISA, además, muestran que los alumnos habitualmente piensan que el éxito en la vida sólo depende de la inteligencia que uno tiene, algo que pasa en Cataluña, por ejemplo. Es crucial fomentar entre el alumnado una mentalidad de crecimiento, haciéndoles ver que pueden alcanzar su máximo potencial con esfuerzo y dedicación.
4. Responder a las necesidades de los alumnos para alcanzar su máximo potencial
«Sé que ha habido mucho debate a nivel regional y nacional sobre la variabilidad del centro entre colegios públicos, privados, colegios buenos, colegios no tan buenos… La verdad es que sólo el 15% de la variabilidad del rendimiento escolar en Cataluña tiene que ver con la escuela. La mayor parte de la variación pasa dentro de cada centro, y normalmente pasa desapercibido.», señaló Schleicher. Viendo estos datos, salta a la vista que las escuelas tienen que responder mucho más a las necesidades individuales de cada alumno.
Morera, en el artículo donde recoge sus reflexiones sobre el evento, comenta que es fundamental que los docentes conozcan más y mejor a sus alumnos para poder ayudarles. No podemos seguir enseñando el mismo currículum de la misma forma a todos los alumnos. Schleicher enfatizó que el éxito educativo no consiste en que todos alcancen los mismos resultados, sino en que cada estudiante alcance su máximo potencial, logrando desacoplar el éxito del contexto socioeconómico. «A menudo sólo tienes una oportunidad en la vida: encontrar un buen maestro y una buena escuela. Y si pierdes ese tren, todo en la vida irá en tu contra, porque sin una buena educación no logras un buen trabajo ni una red social de apoyo», destaca Schleicher en una entrevista del periódico El País.
5. Hacer de la docencia una profesión intelectualmente atractiva
Una de las claves para mejorar el sistema educativo, que más destacó Schleicher, fue hacer que la profesión docente sea intelectualmente atractiva. Y es que es vital que los docentes sientan que pueden generar un cambio en el sistema educativo. Tenemos que fomentar una cultura colaborativa entre ellos: poder observar a otros compañeros dar clase, diseñar clases de forma colaborativa o incluso dedicar tiempo con los alumnos fuera del aula para conocerlos y poder acompañarlos mejor.
6. Razonar más y repetir menos
Verónica Sánchez Orpella subrayó que no es tan importante que los alumnos sepan encontrar la respuesta adecuada, sino cómo llegan a ella. Y aquí el docente tiene un papel fundamental actuando de guía en el proceso de aprendizaje del alumnado, formulando buenas preguntas e incentivando el razonamiento y la conexión de ideas. «Enseñamos las ciencias como si fueran una religión, enseñamos a los alumnos a creer las teorías científicas y les damos muchos ejercicios para practicar. La ciencia no consiste en reproducir lo que ya sabemos, sino en cuestionar lo que sabemos», enfatizó Schleicher.
En la entrevista del periódico El País, Schleicher explica que: «hay que fomentar la curiosidad, el espíritu crítico; los alumnos deben tener sus propios proyectos, sus propias ideas y tener espacio para experimentar».
7. Promover la formación continua de los docentes
Siempre he pensado que aprender tiene que ser un trabajo constante, nunca una meta alcanzada. «Antes aprendíamos para hacer un trabajo. Hoy en día, aprender, es el trabajo», remarcó Schleicher. Y es que los docentes tienen que formarse continuamente para poder guiar a sus alumnos de la forma más efectiva y para poder adaptarse a una realidad cada vez más cambiante.
Debemos replantearnos el rol del docente y la distribución de su tiempo. Debe poder dedicar tiempo específico a cada alumno de forma independiente, desarrollando relaciones sólidas y ayudándoles a reflexionar sobre su futuro y cómo trabajar a diario para conseguir sus metas.
8. Involucrar a toda la comunidad educativa y trasladar la investigación al aula
Todos estos puntos no podrán llevarse a cabo sin implicar a toda la comunidad educativa. Tenemos que implicar a toda la sociedad en este proceso transformativo. Las familias tienen que ser grandes contribuyentes a la comunidad educativa.
Tampoco podemos olvidarnos de trasladar la investigación en didáctica de las matemáticas al aula. En este sentido, Albert Vilalta señaló que este es uno de los grandes retos actuales. «Es esencial que los que están a primera línea, los docentes, puedan estar atentos a cómo cambia el mundo. Tienen que crear un buen ambiente en el aula y conectar el aprendizaje con el mundo real», remarcó Schleicher. Sólo así, podremos preparar a los alumnos para el futuro.
Os recomiendo encarecidamente ver la ponencia de Schleicher y la mesa redonda que celebramos. Es fundamental poder generar espacios que promuevan el diálogo sobre la evolución de la educación. Tenemos que educar a los jóvenes pensando en su futuro, y no en el pasado.
